Si has oído hablar de crononutrición y aún no comprendes en qué consiste, hoy exploraremos la relación que existe entre tu dieta y tus ritmos biológicos.
Todos los mamíferos contamos con un sistema de reloj circadiano que regula a lo largo del día los horarios para diversos procesos fisiológicos en respuesta a los cambios ambientales diarios. Nuestro reloj interno, a través de la secreción de hormonas y el metabolismo, nos señala cuándo es el momento adecuado para actividades como el sueño.
Un estudio llevado a cabo por científicos de Japón ha destacado que, además de los procesos naturales, el reloj interno también establece ritmos para funciones fundamentales del organismo, como la digestión y absorción de nutrientes, influenciado por la ingesta de alimentos, fármacos y diversas actividades.
La crononutrición, como disciplina emergente, se basa en la estrecha relación entre nuestro metabolismo y el reloj circadiano interno. Su estudio se emplea para promover la salud, ya sea revirtiendo o previniendo enfermedades.
El enfoque nutricional que tiene en cuenta los ritmos circadianos se orienta exclusivamente hacia la mejora de la salud, dado que nuestros hábitos alimenticios regulan funciones metabólicas genéticamente vinculadas con nuestros ritmos biológicos.
De este modo, una dieta excesiva, desorganizada, periodos prolongados de ayuno más allá de lo habitual, así como aperitivos nocturnos cuando nuestro reloj interno indica que deberíamos estar durmiendo, pueden perturbar los ritmos circadianos y, con el tiempo, dar lugar a trastornos metabólicos. Además, ciertos nutrientes pueden influir en el funcionamiento del reloj biológico, destacando que una dieta rica en grasa, carbohidratos de alto índice glucémico, exceso de sal y cafeína son principales factores que pueden alterarlos, mientras que el resveratrol, un antioxidante presente en el vino tinto y otros alimentos saludables, puede restablecerlos, según indica una investigación publicada en la revista Current Nutrition Reports.
El reloj interno de cada organismo no solo determina los momentos adecuados para dormir, digerir y absorber nutrientes, sino que también regula el equilibrio energético, afectando el almacenamiento y la oxidación de grasas. Por lo tanto, ciertos nutrientes que influyen en la secreción de hormonas y los horarios de las ingestas pueden impactar en nuestros ritmos biológicos.
La falta de sueño, que no respeta los ritmos biológicos, puede aumentar el consumo de alimentos y afectar la calidad de la dieta, comprometiendo el metabolismo y poniendo en riesgo la salud. Del mismo modo, los trabajos nocturnos que van en contra de los ritmos naturales pueden afectar el metabolismo y alterar las hormonas relacionadas con el hambre y la saciedad, llevando a un aumento en la ingesta alimentaria y a elecciones alimenticias menos saludables, convirtiéndose así en un factor de riesgo para la salud.
La crononutrición, como disciplina científica, sugiere que la alteración de los ritmos circadianos puede afectar el estado nutricional, siendo un factor contribuyente a la obesidad y al síndrome metabólico. Además, basar nuestros hábitos alimenticios en nuestro reloj interno puede ser beneficioso para perder peso y mantener la salud, según concluye un estudio publicado el año pasado.
Respetar los ritmos internos del organismo implica, entre otras cosas, aprender a distinguir entre el hambre genuino y el apetito, así como estar conscientes de las necesidades del cuerpo.
Es evidente que al reconocer cuándo experimentamos hambre real, podemos ajustar nuestra alimentación de acuerdo con nuestro reloj interno, consumiendo nutrientes y energía solo cuando el cuerpo los necesita.
Finalmente, es importante destacar que, a pesar de que nuestros relojes internos están vinculados a los ciclos ambientales, siempre es posible ajustarlos según nuevas rutinas, hábitos o actividades diarias. Solo necesitamos ser conscientes de estos cambios y manejar cuidadosamente nuestros hábitos para preservar nuestra salud en todo momento.
Recordar que es aconsejable buscar la ayuda de un nutricionista fitness en Barcelona para seguir una dieta equilibrada y saludable y no tener ninguna deficiencia nutricional.
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Me llamo Carlos Lázaro, soy entrenador personal personal y nutricionista profesional y mi objetivo es democratizar el conocimiento y ayudar a las máximas personas posibles a mejorar sus vidas y transformar sus cuerpos. Gracias.