Producen pan enriquecido que fomenta la restricción calórica.
Con los primeros estudios científicos, dice la nutricionista, “estamos impresionados con los resultados en personas sanas”.
Puede haber algunas ventajas para la salud al cambiar de harina normal a harina hecha de garbanzos.
Debido a que tiene un índice glucémico más bajo que la harina de trigo y es rica en proteínas, fibra, vitaminas y minerales, la harina de garbanzos va evitar el aumento súbito de los niveles de azúcar en la sangre.
Además, debido a que la harina de garbanzos no contiene gluten de forma natural, es una buena opción para quienes siguen una dieta sin gluten.
Debido a su versatilidad como sustituto del huevo y los lácteos en recetas para hornear, también es una buena opción para veganos y vegetarianos.
Al cambiar de harina convencional a una hecha con garbanzos, hay algunas cosas a tener en cuenta. Por ejemplo, el sabor de los productos horneados puede diferir según el tipo de harina utilizada, como la harina de garbanzos.
Además, puede costar más que la harina de trigo normal y ser más difícil de encontrar en los supermercados.
Si buscas mejorar tu salud y seguir una dieta sin gluten o vegana, cambiar la harina normal por una a base de garbanzos puede ser una buena opción, siempre y cuando se tengan en cuenta el sabor y el precio. recetas para cocinar.
Este producto se ha maridado con la comida en la Península Ibérica al menos desde la Edad Media.
El hecho de que en la Córdoba natal de Averroes este acompañamiento fuera frecuente junto a cada plato está documentado en sus escritos como pensador y jurista.
Sin embargo, esta práctica va en contra de los consejos de algunos nutricionistas de evitar este alimento en personas obesas o con sobrepeso.
Sin embargo, esto puede cambiar en el futuro gracias a una creación de nutricionistas del King's College de Londres (Reino Unido).
El objetivo del equipo científico era un pan que ayudaría a perder peso manteniendo sus cualidades etéreas en la mesa.
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Cambiaron la harina normal por una hecha de garbanzos y, como resultado, los niveles de glucosa se redujeron.
Los logros, sin embargo, no terminaron ahí porque la creación satisface antes el apetito, lo que fomenta el comer en exceso y la sensación de saciedad.
A todo ello se suma una digestión más lenta, que retrasará la sensación de hambre.
La receta, creada por científicos alimentarios del Instituto Quadram y publicada en la revista académica de la Asociación Estadounidense de Nutricionistas Clínicos, contiene un 30 % de células de harina de garbanzo, que reducen los niveles de azúcar en la sangre en el cuerpo en un 40 % en comparación con el pan blanco tradicional.
Los resultados fueron más rentables cuando también usaron harina hecha con un 60 por ciento de garbanzos, pero las pruebas muestran que la solución intermedia ya se puede usar.
Varios estudios han demostrado que la fórmula ha mejorado la saciedad y la regulación hormonal.
Esto, junto con mejores niveles de insulina y azúcar en la sangre, son excelentes herramientas para controlar el peso sin sacrificar la delicadeza del pan y para detener la aparición de la diabetes tipo 2.
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Los expertos que crearon este tipo de alimentos afirman que la harina que crearon aumenta las señales de saciedad que se envían al cerebro, logrando múltiples objetivos beneficiosos para la salud: las personas comen menos y también consumen pan enriquecido y rico en fibra.
En general, los científicos señalan en sus conclusiones que hay muchos otros factores además de la dieta que pueden afectar la cantidad de peso que uno maneja, como un estilo de vida sedentario y las condiciones de salud inherentes de un individuo.
Sin embargo, también insisten en que su estudio tiene "potencial para mejorar la dieta y las estrategias de tratamiento de los trastornos cardiometabólicos".
Verificar los resultados en personas con sobrepeso u obesidad y otros trastornos alimentarios será el siguiente paso antes de la comercialización de este pan (que ya está avanzada, aunque se desconoce si llegará a la tierra del pan que es España).
Pero dados los resultados positivos de las pruebas, todo parece ir en la dirección correcta.
Varias recetas, desde platos salados hasta postres, pueden usar harina de garbanzos.
Socca: Elaborada con harina de garbanzos, la socca es una tortita al estilo francés.
En una sartén, la harina de garbanzos se combina con agua, aceite de oliva, sal y pimienta.
Luego, la mezcla se cocina hasta que el exterior esté dorado y crujiente y el interior esté suave.
Falafel: Las bolas de pasta de garbanzos fritos se conocen como falafels.
La harina de garbanzos se puede combinar con agua, hierbas aromáticas y pasta de garbanzos para hacer bolitas que se pueden freír en aceite caliente.
Panelle: Un plato siciliano llamado panelle tiene una base hecha de harina de garbanzos.
Se cocina una mezcla de harina de garbanzos, agua, sal y aceite de oliva hasta que espese antes de cortarse en cuadrados y freírse.
Usando harina de garbanzos como base, puedes hacer panqueques.
Una mezcla de harina de garbanzos, agua, sal y condimentos se cuece en una sartén y se sirve con verduras y salsa.
Postres: También puedes usar harina de garbanzos en los postres.
La harina de garbanzos se puede usar en lugar de la harina de trigo regular para hacer brownies, galletas y bizcochos.
La harina de garbanzos se puede utilizar en una amplia gama de recetas adicionales.
Es una harina flexible que se puede sustituir por harina de trigo en una variedad de recetas.
Encuentra las recetas que mejor se adaptan a tus gustos y necesidades dietéticas, experimenta con ellas y pruébalas.
Me llamo Carlos Lázaro, soy entrenador personal personal y nutricionista profesional y mi objetivo es democratizar el conocimiento y ayudar a las máximas personas posibles a mejorar sus vidas y transformar sus cuerpos. Gracias.