Nadie nace sabiendo y menos cuando se trata de entrenar. Este desconocimiento suele ser uno de los grandes motivos por los que no conseguimos nuetros objetivos, o nos lesionamos antes de ver algún resultado. ¿Por qué se dan los errores más comunes? Muchas veces por falta de experiencia o ese entusiasmo soberbio que nos juega en contra. Sea como fuere, lo cierto es que entrenar de verdad requiere un aprendizaje continuo y un buen entrenador personal que cree rutinas adecuadas y mida los progresos.
Para evitar esos errores que nos hacen retroceder y que pueden acabar con nuestra motivación, te traemos una lista con los errores más comunes que cometemos durante el entrenamiento. Toma nota.
Aunque estirar suele ser algo aburrido, jamás hay que dejar de hacerlo. En el día a día pasamos demasiado tiempo sentados, lo que hace que los músculos de la cadera, las cervicales u otros permanezcan engarrotados. Así que es vital estirarlos para ayudar a recuperar el rango de movimiento y la flexibilidad de estas articulaciones. Así, nuestro entrenamiento será más eficiente y evitaremos las lesiones.
¿Cuántos hombres y mujeres sienten dolor en el lumbar al hacer peso muerto? Si eres uno de ellos, estás aplicando una mala técnica. Este error es muy común, pero se soluciona con la ayuda de un entrenador que nos enseñe la técnica correcta y la adecúe a nuestras necesidades. Recuerda: antes que aumentar peso, aprende la técnica.
Si piensas que haciendo ejercicio los 7 de la semana, obtendrás resultados más rápidos, estás equivocado (demasiado). A menos que seas un deportista de élite, hacer esto solo fatigará tus músculos y evitará que progreses como deberías. Si eres principiante, empieza con 3 veces a la semana. Sin embargo, si eres un fanático del gimnasio, puedes aumentar la frecuencia, pero será mejor combinar ejercicio pesado con otros de baja intensidad.
Ingresar al gimnasio sin saber qué vas a hacer es una pésima idea. Empezarás a dudar de todos los ejercicios y perderás tiempo y motivación. Lo mejor es acudir a tu personal trainer y, en base a tus objetivos, pedirle que te cree una rutina. Lo ideal será cambiarla luego de algunos meses, ya que el cuerpo siempre termina adaptándose. Sin rutina, no hay progresos.
Muchos principiantes empiezan a preocuparse por la lista de suplementos, antes que por lo realmente importante: la dieta. Si comes pizzas, gaseosas o embutidos, de nada servirá que consumas proteína o creatina. Debes llevar una dieta rica en proteínas, carbohidratos complejos y grasas sanas, que un nutricionista debe adecuar a tus objetivos. Después podrás pensar con aminoácidos u otros.
Muchos expertos señalan que el 75% de la población está deshidratada. En ese sentido, una persona activa debería consumir de 8 a 16 vasos de agua al día. Si no te gusta el agua o sudas demasiado, prueba aguas saborizadas con limón y edulcorantes.
Muchas personas -y sobre todo principiantes- se saltan el gimnasio apenas sienten dolor o cansancio. Pero olvidan que para ver resultados se necesita constancia. Si te sientes muy fatigado, puedes probar a hacer rutinas más cortas o ejercicios de bajo impacto, pero es importante que lo hagas. El hábito será crucial.
Algunas personas evitan hacer cardio por ‘miedo’ a perder el músculo que han construido o dejan a un lado los abdominales porque parecen aburridos. En realidad, para que cualquier rutina sea efectiva es crucial entrenar todo el cuerpo, incluso ese pequeño antebrazo en el que no reparamos. De esta manera, podremos lograr un progreso total.
Dormir de 7 a 8 horas o tomar un descanso total de un día es crucial para ver progresos. Esto ayuda a que las adaptaciones producidas por el entrenamiento se produzcan y este sea más eficaz. Así tu sistema nervioso y esquelético se recuperará.
Me llamo Carlos Lázaro, soy entrenador personal personal y nutricionista profesional y mi objetivo es democratizar el conocimiento y ayudar a las máximas personas posibles a mejorar sus vidas y transformar sus cuerpos. Gracias.