De todos es sabido la cantidad de beneficios que tienen las semillas como la chía, de lino. Pero hay mucho más allá de estas dos famosísimas semillas y un mundo lleno de beneficios para nuestra salud.
Aunque es cierto que has de saber prepararlas para obtenerlos todos. Te lo explicamos con todo lujo de detalles.
Si a tus recetas añades semillas les estas agregando grasas saludables, fibra, minerales y vitaminas.
Le darán un extra de nutrientes a tus platos, además de ayudarte con el colesterol o el estreñimientos entre otras cosas.
Se trata de un grupo muy interesante de alimentos, repletas de aminoácidos, grasas de las buenas, minerales y vitaminas además de fibra.
Podríamos decir que como propiedades comunes a todas ellas nos encontramos con:
Veamos el aporte calórico de estas, lo enumeramos en raciones por 100 g. Aunque lo habitual es tomarlas en dosis de 10 o 15 gramos.
Al comprarlas descartemos todo tipo de semillas que no sean al natural, sobre todo con las de girasol o calabaza que es muy frecuente encontrarlas saladas o condimentadas con especias.
Podemos consumirlas así directamente, o como parte de una ensalada o una crema de verduras, incluso sobre o dentro del pan.
La recomendación es tomar una cucharada grande al día, lo que sería unos 5 o 10 gramos. Y se pueden tomar enteras, remojadas o molidas.
Semillas como la de Chía o el lino, al consumirlas enteras, acostumbran a salir igual que han entrado al cuerpo.
Al ser de un tamaño tan pequeño su masticación es casi imposible y acostumbramos a trabajarlas prácticamente enteras.
Al ingerirlas enteras sus beneficios antioxidante y antiinflamatorio entre otros no los podemos aprovechar.
Aunque sí que nos beneficia su fibra, ya que es mucilaginosa.
Solo con dejarlas en remojo (en el líquido que más nos guste, aunque si lo combinamos por ejemplo con kéfir añadiremos sus propiedades intestinales haciendo una gran combinación)
En unas 3 o 4 horas en adelante tendremos un gran limpiador intestinal, beneficioso para el estreñimiento.
En las semillas de lino también sucede algo parecido, por eso ambas serán ideales en dietas de adelgazamiento por su alto del poder saciante.
Y al disponer de una parte de fibra soluble, también actúan como probióticos que alegrará a nuestra microbiota intestinal.
Al molerlas, sería como si pudiéramos masticarlas y así hacer que el cuerpo cuando las ingiera sea capaz de asimilarlas y digerirlas.
Nuestro nutricionista nos explica que de esta forma el organismo puede acceder al contenido de antioxidantes y Omega3, entre otros
El calcio que poseen, junto el boro y el magnesio podrán ser asimilados por nuestro cuerpo para mantener una buena masa ósea y también se verá beneficiado el sistema nervioso.
Respecto a sus proteínas, molidas nuestro cuerpo puede absorber sus aminoácidos, que es cierto que no están todos los esenciales, pero solo tenemos que añadir por ejemplo unas semillas de lino molidas a nuestro plato de legumbres para que entre ambos hagan una proteína de alto valor biológico.
Tan solo debemos tener cuidado si no las vamos a moler en el momento de consumirlas, guardándolas en un tarro de vidrio, en el refrigerador o en el congelador y eliminar toda la humedad posible para evitar su oxidación y preservar todos sus beneficios.
Me llamo Carlos Lázaro, soy entrenador personal personal y nutricionista profesional y mi objetivo es democratizar el conocimiento y ayudar a las máximas personas posibles a mejorar sus vidas y transformar sus cuerpos. Gracias.