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Obsesión por el ejercicio físico: entrenar con peligro y sin límites… ¿cómo descubrirla?

Entrenamiento
11 de octubre de 2023

¿Qué pasa cuando una rutina intensa de entrenamiento se pasa de la raya y se convierte en una obsesión por el ejercicio físico? ¿Cómo se puede identificar a una persona que pone en peligro su salud tratando de hallar el "cuerpo perfecto"?

Siendo octubre un mes institucionalmente dedicado a la Salud Mental, vale la fecha para tratar un tema álgido que, cada vez más, afecta a gente de todas las edades, en especial, adolescentes y jóvenes, que acuden con ansias y pasión a los gimnasios, con el fin de obtener una imagen corporal atractiva, fortalecer sus músculos, mejorar su resistencia física, entre otras razones.

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La misma Organización Mundial de la Salud (OMS) no deja de poner en el tapete el tema de la denominada vigorexia, y se refiere a ella como una obsesión que puede traer funestas consecuencias en la salud de las personas.

En una persona obsesionada con tener el “cuerpo perfecto”, lucir ese “six-pack” de película o un abdomen bien definido, no basta con la disciplina y el esfuerzo. El consumo de esteroides, proteínas y carbohidratos, sin la debida supervisión de un entrenador profesional ni nutricionista deportivo, se transforma en algo peligrosamente normal.

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¿Por qué tanta obsesión por el ejercicio físico?

Detrás de esa obsesión hay un fuerte componente relacionado con la influencia que ejercen determinados iconos, estrellas y celebridades que pueblan y se amplifican en medios y plataformas digitales. En la televisión, la Internet y las redes sociales son muy comunes los mensajes que asocian los cuerpos físicamente bien entrenados y dotados con el éxito personal, la felicidad, la autoestima y la belleza.

Haciendo un poco de historia, la vigorexia o dismorfia muscular fue descrita por primera vez en 1993, por el equipo dirigido por psiquiatra Harrison G. Pope. Ellos descubrieron que gran número de varones que acudían a gimnasios de halterofilia se veían flacos y pequeños cuando en realidad iban desarrollando una musculatura de regular para arriba. Por esa razón consumían esteroides anabolizantes sin ningún tipo de asesoría médica.

Actualmente, la Asociación Americana de Psiquiatría, incluye a la vigorexia en la lista de trastornos obsesivo-compulsivos, en la cual la persona vive obsesionada con sus imperfecciones, lo que hace que perciba una imagen distorsionada de sí misma.

¿Cómo descubrir que una persona está cayendo en la obsesión por los ejercicios?

Te damos algunos tips para descubrir si alguien de tu entorno -o quizás tú mismo- está poniendo en riesgo su vida por culpa de este trastorno.

Una cosa es que una persona se sienta a gusto yendo al gimnasio, siempre siguiendo la orientación de un especialista profesional; pero otra es permanecer muchas horas, desde la mañana hasta la noche, levantando pesas o haciendo ejercicios de manera compulsiva.

La obsesión por el ejercicio te captura en cualquier lugar y hora, sin importar todo lo demás.

En la dieta diaria de esta persona obsesionada se incrementa la cantidad de proteínas y carbohidratos desechando los alimentos grasos, con el fin de que nada detenga el crecimiento muscular. El metabolismo es el que más sufre con este proceso.

Desarrollar regular o mucha masa muscular siempre será poco para esta persona. Siempre querrá más y más… y lo busca saltándose las recomendaciones de los especialistas por lo que sobrecarga su cuerpo de trabajo físico.

Esta persona no solo busca estar frente al espejo para acomodar su vestimenta o cabello, sino para darle muchos vistazos a ciertas partes de su cuerpo. Siente la necesidad compulsiva de hacerlo reiteradas veces interrumpiendo sus labores o tareas habituales.

La obsesión por los ejercicios físicos también puede convertirse en una obsesión por los selfies.

Atiborra sus cuentas de Instragram, TikTok, Facebook o Twitter con imágenes, por ejemplo, de sus bien trabajados muslos, abdomen, brazos, piernas, etcétera. Su exhibicionismo es tal que se convierte en imparable y solo espera halagos, admiración y piropos de sus followers.

El descanso es parte esencial de todo buen entrenamiento. Sin embargo, esta persona obsesionada pasa horas y horas en el gimnasio. Pero eso no es todo. En cualquier lugar y hora aprovecha para hacer sentadillas, planchas o cargar objetos pesados con el fin continuar dándole trabajo a sus músculos.

Contrario a lo que se piensa, la seguridad es una de las damnificadas cuando se padece de vigorexia. Esta persona estalla de furia cuando amigos o allegados intentan hacerle ver que el camino tomado no es el adecuado.

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Cuando el deseo pasa a ser obsesión, entonces empieza a consumir sustancias estimulantes para buscar un mejor rendimiento y verse exuberante. Además, sus búsquedas en Internet y lecturas diarias giran en torno a investigaciones sobre la testosterona y los procesos anabólicos.

Los llamados ejercicios cardio se transforman en sus enemigos porque está convencido de que le impedirán ganar músculo, cuando en realidad no siempre es así.

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Vigorexia, anorexia inversa o dismorfia muscular. Tantos nombres para un problema que hay que tomarse muy en serio, ya que puede afectar nuestras relaciones familiares, personales y, por supuesto, nuestro organismo.

Te dejamos un video de nuestro canal de Youtube Método Lázaro.

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