En muchos sitios leemos el típico título, “Consigue un hábito en 21 días”, y es posible que hayas intentado conseguir un hábito y que te hayas frustrado por perseguirlos pero ser incapaz de llegar ni a conseguir repetirlo por 21 días consecutivo.
Hay varios errores que se cometen en estas tácticas para incluir un nuevo habito en nuestra rutina, además de no contar con unas pautas correctas y estructuradas que nos hayan hecho incurrir en el error y posterior frustración.
En los años 60 el Dr. Maltz, cirujano plástico, observó que a pacientes de amputaciones tardaban 21 días en no sentir el miembro amputado.
Años después el Colegio Universitario de Londres realizó un estudio, del que se desprendía como evidencia anecdótica lo trasladado por el Dr. Maltz.
Y refería que no hay un tiempo estipulado en el que crean un habito con una base solida, sino que la cantidad de tiempo dependía de lo complejo del hábito a instaurar, el tiempo que se le podía dedicar o si se contaba con ayuda de profesionales.
Todos tenemos hábitos que querríamos crear.
Por definición, un hábito es proceder de un modo concreto adquirido a base de repeticiones iguales o parecidas.
Por lo que aquí se desprende que adquiriremos un habito a base de repetirlo, hasta que salga de forma inconsciente.
Lo que también nos indica que no los construiremos en 21 un días, sin darnos cuenta y sin esfuerzo.
Pero no dejes de leer aún, porque no sucederá en 21 días, pero con una buena guía, asesoramiento y siendo consciente de lo que vas a necesitar podrás adquirir esos hábitos que has perseguido.
Si estás pensando en hábitos de vida saludable relacionados con la alimentación o el ejercicio físico, nuestro nutricionista y entrenador personal podrá establecer contigo una rutina y una guía que poder seguir.
Sobre todo al principio es importante identificar que deseamos adquirir y en que circunstancias debemos pararnos un momento a identificar nuestros hábitos actuales para ser conscientes e implementar la nueva acción.
No empieces a implementar un nuevo habito hasta que el primero salga tan fluido que a penas te des cuenta, y por supuesto cuando no tengas que pararte a pensar que acción realizar o que decisión tomar.
El secreto en esto es la perseverancia y la constancia, así que sé paciente.
Y si aún has de pensarlo o planificarlo es que aun no es el momento para pensar en otro habito nuevo.
La motivación nos ayuda arrancar, pero no nos hará progresar demasiado.
Así que el mejor consejo que te podemos dar es que cuando estés preparándote para empezar, que goces de la mayor motivación posible le dediques algo de tiempo a dejarte recordatorios.
Da igual el formato, en el móvil o en un diario, pero que cuando estés a punto de decaer o que ya no recuerdes porque querías hacer esto puedas acudir a recordar tus motivos, o cual es el objetivo que te has propuesto.
Permítete unos minutos al día para pensar en tu objetivo, visualizándote en lo que te has propuesto.
Si te visualizas siendo una persona nueva con tus nuevos hábitos adquiridos, te aseguro que te recargará la motivación para continuar siendo constante, al menos un día más.
Los primeros días aún está todo muy fresco, has ejercitado poco el arte de la repetición.
Y es posible que cualquier cosa que te distraiga de tu objetivo pueda hacerte tambalear.
Por lo que nuestra recomendación es que empieces un nuevo habito en un momento que le puedas dedicar tiempo, tanto al habito como a ti mismo.
Veras que a base de repetición cada vez resulta más sencillo, incluso a negarte ante la propuesta de familiares y amigos a saltártelo “que total por una vez no pasa nada”
Mantente centrado en tu ideal, repítete mentalmente que es lo que deseas y el valor que tiene para ti.
Y recuerda la frase de Will Durant “Somos lo que repetimos”
Me llamo Carlos Lázaro, soy entrenador personal personal y nutricionista profesional y mi objetivo es democratizar el conocimiento y ayudar a las máximas personas posibles a mejorar sus vidas y transformar sus cuerpos. Gracias.